Las mujeres de esta barriada, asqueadas de este tipo de acciones, que como la de hoy empiezan en un "encuentro" en casa de Laura Pollán y terminan en una provocación, no permitieron que las damas cumplieran totalmente las órdenes imperiales al obligarlas a retroceder a pocos pasos de comenzada su marchita bajo la lluvia y mantenerlas en la guarida de Pollán, en lo que se convirtió en otra respuesta digna de este a pueblo a las mercenarias de blanco.
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Las mujeres de Cayo Hueso no permitieron marchitas en su barrio. Las ratas deben permanecer en su guarida |
Pollán, la marioneta del imperio, en escena. Las mujeres de Cayo Hueso les dicen a las mujeres de blanco: "mercenarias" |
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