OPINIÓN
Pasarán los años, y Osnalys continuará teniendo a buen resguardo esa blusa de uniforme, que ahora dobla cuidadosa mientras los ojos se le humedecen a la vez que sonríe sola. En esa blusa, cuando aún la llevaba puesta, estamparon su firma los compañeros de aula. Le escribieron versos, corazones y buenos deseos esos amigos con quienes compartió tres años de Secundaria y cuyas vidas ahora tomarán rumbos diferentes.
Culmina el curso y las calles se ven llenas de estudiantes como Osnalys, felices todos por sus triunfos, planeando fiestas y paseos para estas vacaciones que recién comienzan, justo cuando el calendario docente llega a su término.
Cuba entra en ese apagón escolar de dos meses durante los cuales las pizarras dormirán, no así algunas escuelas que, como parte del verano, soltarán riendas a las iniciativas. Tan solo en la capital 29 de estos centros, entre Primarias, Secundarias y Preuniversitarios, dejarán sus puertas abiertas a la creatividad y el disfrute de los escolares y la comunidad. Se calcula que en todo el país serán centenares los centros docentes que acogerán actividades recreativas de diversa índole.
Como parte de tales iniciativas de verano, los Joven Club de Computación y Electrónica ofrecerán cursos para promover el uso del sistema operativo Linux y otras aplicaciones enfocadas hacia el uso del software libre. No faltarán los tan demandados cursos de Excel, Acces, Word y Photoshop, entre otros.
Si bien las playas y el campismo figuran entre las opciones más demandadas, Cuba levanta votos por un julio y agosto donde la literatura ocupe un espacio en el disfrute de los jóvenes. No por gusto la Noche de los Libros inició el verano en la Isla con venta de libros, tertulias y conversatorios.
La comunidad juega un papel importante este verano. Es en la barriada donde decenas de actividades cobrarán vida, y entre ellas, las bibliotecas públicas verán aún más reanimados sus espacios, en tanto permanecerán abiertas algunas bibliotecas escolares, pequeños tesoros con mucha información que compartir.
Quizás Osnalys, aún fresco el recuerdo de su último día como alumna de Secundaria, sea una de quienes frecuente alguna de esas bibliotecas, alistándose para continuar con las pilas cargadas una nueva vida estudiantil este septiembre.
Por Armando Santana/tomado de www.cubasi.cu
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