Por: Aday del Sol Reyes
Quizás no es un problema de vida o muerte, pero es una más de nuestras preocupaciones diarias: el vestir, la moda, las ofertas, los precios y la importación de gustos y tendencias.
Quizás no es un problema de vida o muerte, pero es una más de nuestras preocupaciones diarias: el vestir, la moda, las ofertas, los precios y la importación de gustos y tendencias.
Creo que todos tenemos una prenda preferida, es esa que más repetimos durante el mes porque quizás no tenemos demasiadas opciones, pero también porque nos gusta, incluso por encima de otras que están a la moda.
Además de lo efímero, a la moda la caracteriza lo colectivo. Persigue que todos, o por lo menos la gran mayoría, compren el «novedoso» diseño que viste Jennifer López o Beyoncé, en que las grandes marcas invirtieron millones, tanto en el producto como en su publicidad.
Existen las llamadas tiendas de ropa reciclada, a un precio más asequible, pero cada día son menos y para encontrar alguna prenda aceptable, hay que estar de suerte.
Negocio privado de venta de ropas
Con la apertura del cuentapropismo, aparecen en escena las llamadas «perchas» en los portales. Estos pequeños negocios particulares exhiben diversidad de modelos (algunos importados) y sus empleados se esfuerzan en complacer al consumidor, algo que no hacen, ni por casualidad, los de la estatal.