domingo, 1 de septiembre de 2013

Educación: Entre el fraude y los repasadores

Por: Aday del Sol Reyes

"El tiempo pasa volando", es la frase más repetida por estos días en las colas de las escuelas para matricularse en el nuevo curso escolar. "Las vacaciones se fueron rapidísimo, tenemos que disfrutar estos dos o tres días que quedan para dormir la mañana y salir", comentan algunos estudiantes a la salida de un pre-universitario del Vedado.

Como ya se ha informado por los medios, el próximo 2 de septiembre en toda Cuba se inaugura el curso 2013-2014, por ello directivos y profesores de las diferentes escuelas ultiman detalles para dar la bienvenida a sus discípulos.

A propósito de este inicio, Ana Elsa Velázquez Cobiella, ministra de Educación, llamó recientemente a evitar el fraude académico en un encuentro celebrado con funcionarios del sector. Las declaraciones se sustentan en eventos que se dieron en nuestras aulas el pasado curso, que desataron severas críticas de los ciudadanos y medios locales.

Sobre el tema algunos afirman que la proliferación de este mal viene dado por la degradación de ciertos valores  por parte de padres y profesores.

“Esas cosas en mi época de estudiante no se daban", me comentaba un colega refiriéndose específicamente a la venta de un examen final por parte de un profesor a los estudiantes de un pre-universitario: uno de los casos que más sonó este año, publicado en el periódico Granma.

Quizás no se vendían pruebas finales, pero si hacemos un poco de memoria la mayoría estaría de acuerdo en que el fraude  en nuestro sistema educacional es un fenómeno viejo a veces incluso incentivado por un “promocionismo" institucional emulativo.
En mi época (la de muñequitos rusos y los mercados llenos de comida)  ya este flagelo vivía en nuestra enseñanza  y los profesores no eran ni tan jóvenes ni tan emergentes, la causa principal que muchos hoy alegan para justificar la presencia del fraude y la de los famosos repasadores particulares.

educacion-secundaria-cuba2Pero el problema no es siempre de la escuela y los maestros, los más criticados siempre. Es decisión de los padres gastar dinero en los repasadores de sus hijos por tiempo indefinido en vez de exigirles que estudien diariamente por sus notas de clases y libros. Es también una irresponsabilidad de la familia pagar por un examen o permitir que sus hijos elaboren pequeños "chivos" o se escriban contenidos en las sayas y camisas para luego fijarse.

En el caso de los educadores, mi colega tiene toda la razón en que la pérdida de valores que sufre nuestra sociedad ha desencadenado  la extinción de prácticas que nunca debían haber desaparecido de nuestra enseñanza como, por ejemplo: Los profesores de antes, como suele llamársele popularmente,  repasaban fuera de horario de clases e  impartían remediales varias veces por semana y ninguno de estos esfuerzos extras  tenía un costo, que no fuera el tiempo invertido.  Los educadores eran incapaces de lucrar con los conocimientos que por deber tenían que transmitir a sus educandos.

Es cierto que el contexto cambió a partir de 1989, con  la caída del campo socialista y la aparición del Periodo Especial. Actualmente, la vida sigue cara y el salario es casi el mismo, pero eso no puede llegar al punto de enterrar valores alcanzados por más de medio siglo y empañar la reputación de los 280 mil educadores cubanos que en estos momentos tiene el sector educativo cubano.

Es injustificable, que la maestra de secundaria de mi vecinita cobre un dólar por repasar a sus propios alumnos después de clases. En esa sesión privada de  la tarde-noche  ella  se desborda en paciencia, técnicas y tácticas de aprendizaje, las mismas que debería utilizar en el aula, sin embargo  las guarda celosamente para los elegidos (los que tienen dinero).

primaria

Y es que el fraude tiene muchas caras o manifestaciones. No solo se comete fraude cuando el profesor permite que un estudiante le "sople" a otro, o cuando se hace de la vista gorda con los "chivos". Es fraude, y de los peores, cuando se vende un examen en 10 CUC, cuando se beneficia a algunos a la hora de calificar o cuando no se desarrollan todos los contenidos y luego se repasan a los que pagan las preguntas que van a examen.

Desgraciadamente estas malas prácticas se dan en la Cuba de hoy, pero no hay mal que dure cien años y menos si ha salido a la luz pública. Confiemos que estas manifestaciones que pueden llegar a lacerar la imagen de nuestra educación no asomen la cabeza este nuevo curso.

El Ministerio tomó las medidas necesarias, los padres y estudiantes están alertados, los directivos de las escuelas atentos, los emergentes ya tienen algo de experiencia y más de dos mil 100 profesores cubanos jubilados (de los de antes) volverán a ejercer su profesión este 2 de septiembre.

La educación en valores se mantiene en el sistema de enseñanza del país como una prioridad.

¿Qué puede fallar entonces si la educación y los libros en Cuba continúan siendo gratuitas? Una suerte que muy pocos, ahora mismo, tienen a nivel mundial.


Tomado de Cubasi: http://www.cubasi.cu/cubasi-noticias-cuba-mundo-ultima-hora/item/20768-curso-escolar-el-fraude-una-asignatura-pendiente

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