Casi en el mismo momento en que Brasil se “autoeliminaba” de la Copa América con sus “históricos” penalties, arrancaba en la Habana la última jornada de otra “copa”, pero de metal: el V Festival Caimán Rock, cuyo programa final presentó a una selección de bandas que por suerte no estuvieron poseídas por el espíritu del “santafesazo” y cerraron el cartel como el dios del metal manda.
Los números del encuentro, organizado por la Asociación Hermanos Saíz (AHS), fueron reveladores: participaron cerca 23 de grupos de gran empuje en toda la Isla que defienden, en sus diferentes territorios, la bandera del rock nacional contra viento y marea. Son músicos que no se quedan a dormir en los laureles por las aún escasas posibilidades que encuentran para promover sus obras y grabarlas con todas las de la ley. En cambio, acometen sus proyectos muchas veces de forma autogestionada y en estudios de grabación improvisados. Pero, no obstante, se las han agenciado para difundir notablemente sus obras desde la pujante escena alternativa y presentarlas a importantes certámenes como Cubadisco, en los que ya han conocido el éxito las alineaciones Tendencia, Hipnosis, Tesis de Menta, Rice&Beans, Chlover, y Dead Point.
Ahí, queda claro, descansa otra de las razones que explican que cientos de jóvenes acudan a los principales encuentros del circuito rockero. Especialmente cuando suben al escenario pesos completos como Zeus, Agonizer, Combat Noise, Escape, Hipnosis, Chlover o Ancestor.
Precisamente, las actuaciones de varias de estas bandas, junto a la de los mexicanos Piraña, constituyeron algunos de los shows que desataron la vena más metalera del público que se montó una fiesta a lo grande en Pabexpo, en cuyo escenario también se jugaron sus cartas, entre otras, Estigma D.C, Claim, Congregation, Unlight Domain y Grinder Carnage.
Fueron cuatro jornadas que permitieron apreciar en toda su magnitud los más variados estilos de este género que se cultivan en la Isla. Y la sorpresa la puso Metástasis, una joven escudería que viene ni más ni menos que del corazón de ¡Contramaestre!, en Santiago de Cuba, y se mueve con convicción entre el hardcore y el thrash metal.
El motor creativo del Caimán fue siempre la idea que las bandas de mayor calibre posean un espacio en la capital para intercambiar entre ellas e interactuar con el público. Algo que se cumplió por mucho en su nueva versión a pesar de que algunas alineaciones de primera línea se cayeran del cartel a última hora. De hecho, eso obligó a los organizadores a rearmar con premura las presentaciones, lo que jugó en contra de una mayor proyección de la apertura.
La primera fecha la abrió Kill the Fish. Es una muy joven banda que quizás, porque lleva poco tiempo en la ruta, no conoce a cabalidad los rudimentos de un certamen de este nivel. Por eso, nada más abrir su actuación, echó mano a covers de monstruos del metal para tratar de echarse rápidamente al público en el bolsillo. De modo que desaprovechó su “pedazo de gloria” en el Caimán para darle mayor dimensión a su álbum debut Desamparados y confrontarlo con los espectadores.
En cualquier caso, los Kill the Fish tienen suficientes cualidades para reparar dichos deslices y construir su propia historia en la escena insular.
Es cierto que Pabexpo cuenta con la infraestructura necesaria para acoger citas de esta clase, pero no se debe dejar de un lado la posibilidad de que se realice en espacios más céntricos, como ha sucedido en anteriores ediciones con un éxito total. Es cierto, también, que en esta oportunidad las ofertas gastronómicas brindadas en la instalación, imprescindibles en citas de este calibre, estuvieron fuera del alcance adquisitivo de una buena parte de los que asistieron a los conciertos.
Pero las ganas de escuchar rock and roll superaron cualquier escollo del certamen que certificó en vivo que es una referencia vital para este género en la Isla. Eso sí, es imprescindible que los medios presten mayor atención a las obras de sus exponentes y que las bandas se beneficien de estrategias que les permitan insertarse en el circuito internacional, ya que han hecho patente, por si hiciera falta, que muchas disfrutan de calidad de sobra. Ahí está, para demostrarlo, la nueva edición del ya legendario Caimán Rock.
Por: MICHEL HERNÁNDEZ
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