Ubicado en una de las edificaciones que circundan la Plaza Vieja, en el Centro Histórico de Habana Vieja, el Centro de Desarrollo de las Artes Visuales, CDAV, ha devenido, desde su fundación hace más de dos décadas, casa privilegiada para un arte de ruptura, de experimentación, y de inquietudes. Allí, en una casona colonial con elementos de la arquitectura barroca y neoclásica, conviven continuidad y rupturas, modernidad y tradición.
Según fuentes de esa institución, el proyecto expositivo “Las puntas de la rosa” es absolutamente novedoso en su concepto para la institución y constituye la construcción de muchas de las ideas que han acompañado los cinco años de formación de esos estudiantes que ahora concluyen sus estudios en la Facultad de Artes Plásticas de la Universidad de las Artes (ISA).
Allí también puede apreciarse por estos días otras tres exposiciones personales de jóvenes artistas de esa graduación. Éstas servirán de punto de partida para la discusión de sus tesis de grado. Los estudiantes son Jairo Gutiérrez Feut, con su muestra “Paiise”; Katia M Oliver Cruz, con “Mi luz, mi sombra”; y Kenia Arguiñao Vega, con “Letargo”.
Fiel a los propósitos del Centro de Desarrollo de las Artes Visuales de constituir espacio para un arte de vanguardia y experimentación, allí ahora puede apreciarse el arte de jóvenes que concluyen ahora sus estudios académicos, nombres que, quizás en unos años, serán reiterados en el quehacer de la plástica cubana contemporánea. Todas esas exposiciones se extenderán hasta el primero de julio.
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